miércoles, 7 de octubre de 2009

CRÓNICAS MARCHANAS – Pina de Ebro 06Oct09









JUGARSE LA VIDA



Que la N-II tiene mucho tráfico lo sabían todos, también este cronista. Por eso siempre que puede la Marcha transita por caminos secundarios y paralelos a la ruta que une Barcelona con Madrid, con el objetivo de reducir riesgos propios y ajenos. Los cansados pies también agradecen el pisar tierra, y no el casi candente asfalto 140 veces cada 100 metros, según mi personal cálculo.



Pero irremediablemente toca cruzar esa carretera de uno a otro lado varias veces en cada jornada. Nunca como ahora me dí tanta cuenta de lo acongojante que es un camión bien cargado de mercaderías pasando a cien por hora a tu lado, y detrás otro, y detrás otro, y otro, con una cadencia de dos al segundo, durante minutos, esperando haya un hueco para cruzar rápidos y expeditos la calzada.



La Guardia Civil está casi siempre presente, aconsejando desde su experiencia cómo y cuándo andar el trayecto, pero ello no obvia la peligrosa sensación que viven cada día en su peregrinar nuestros participantes, ¡y con todo no cejan!. Un nigeriano comentaba que esto no era más peligroso que echarse al mar en una patera, y mirando a la pareja de la Guardia Civil que intentaba encontrar el momento menos malo para cruzar, sentencia: “ésos también se la juegan”. Es cierto, muchos días, muchos años.







SE NECESITA SANGRE



De cualquier grupo, no importa el color del donante. Hay que estar sano, tener cierto tiempo disponible para brindarlo aquí y ahora, ser altruista, creer que esta ley no nos la merecemos, … y ser inmigrante. La solidaridad ibérica nos consta diariamente, mucho más que la insolidaridad de algunos, legislen o no, pero esta marcha es de inmigrantes.



A ti te lo decimos: súmate, si puedes. Unos días o unas horas. Hoy o mañana. Muchos de nuestros pies están heridos, ampollados, sangran. Doy fe de que tenemos caídos, y también de que los que pueden levantarse lo hacen cada día. Necesitamos tu sangre, ya que como ayer nos dijera el buen alcalde de todos: “hay que llegar a Madrid”.







MARROQUÍES, ANFITRIONES EN PINA



La vida en sociedad suele crear ataduras más o menos voluntarias, y aunque uno también pueda liberarse si así lo decide, no siempre es fácil romper ciertas obligaciones so pena de perder cosas que uno quiere conservar.



Antes fue el pueblo que su gobierno, y así, espontáneamente, sin organización social ni política, algunos pineros de origen marroquí decidieron ayer rascarse el bolsillo para recibir y atender a sus hermanos, a nosotros, los de la marcha. Hospitalidad, bebidas y comidas caseras nos fueron generosamente ofrecidas por ellos, por sus mujeres y por sus hijos. Chokran, ijwani ajawati, muchas gracias.







RAZ

1 comentario:

pepe montero dijo...

Están muy bien estas crónicas. ¡Ánimo!.