Libre tus palabras andan con ese movimiento Afro Americano que tienen los gatos, y que me causan esa alegría impulsiva de seguir su ritmo, incluso, cuando se erizan y hacen ver las perrerías de las calles, las falsedades donde nace la desconfianza, la angustia de creerte solo y escamado.
Bien es cierto que la astuta alegría, esa, que menos eres dado a compartir, la que celosamente guardas para las últimas gatas que se despiden de la noche, si, la alegría del celo, aun siendo esta situación más de perro que de gato, siguen maullando la escrupulosa realidad que en ocasiones, tanto es así, que suenan noches de enfrentamientos gatunos.
Buff, buff, gato, gato me he escuchado decir en numerosas ocasiones al sentir, uñas y zarpazos, maramiamiau miau miau, en otras tantas al canto de las calles de nuestra Zaragoza, y así, desde el primer verso que escuche al gato que se quiere llamar John.
Autor: Rafael Luna Gómez.
Foto de Luisa Miñana.
1 comentario:
Me has dejado impresionado, amigo Rafa. Ya no me acordaba de que me quería llamar John. Eso de, "gato john", suena cojonudamente. Gracias por el detalle.
Un abrazo.
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