miércoles, 6 de mayo de 2009

En estas orillas jadeantes del Ebro.

En estas orillas jadeantes del Ebro,
suenan amores indomables en la noche,
donde paren jotas al alba.
Ahí bramo,
fluyendo posado con el anhelo cantarín
de una nueva jota,
mecido por los meandros empapados
del sinuoso quebranto chapotear de sus aguas.
Su turbio semblante brota contra corriente,
la voluminosa superficie de su piel,
transpira calma,
voluminosa calma…
Chapoteo en sus orillas con el sonido bronco de su vientre,
con los acordes que la brisa forma,
acariciando los juncos de los meandros.
Un antídoto que lucha contra:
espectáculos vidriosos
de preocupaciones hipotecadas,
de desfiles en parques temáticos,
pululando un estrés gemelar,
de cegueras orladas en ambientes de centros comerciales.


Y sangra en mis arterias su calma,
su corriente se desborda,
inundándome en sus oscuras aguas,
empapándome con su ser,
insuflándome la esperanza de no estar contaminado más
de lo que él está.
Sus cuencas braman sobre esta rompiente,
tintineando el estigma de sed
que brota su triste caminar y me alza para deciros:
mirad al Ebro, mirad, mirad sin prisas,
veréis cómo canta jotas:
a sus cuencas sedientas,
a los enfermizos ojos,
para que nos alcemos,
para no yacer sedientos,
para reclamar la sed en el mundo entero.

Autor: Rafael Luna Gómez.

1 comentario:

Sara Fedrika dijo...

No puedo evitar dejar aquí también un comentario.
Enhorabuena por el montaje de tu poema en la curvatura de la córnea.
El resultado es bastante bueno.

Un abrazo.