lunes, 20 de octubre de 2008

HONORES POSTUMOS

Los largos dedos fúnebres golpean,
sangrando mi alma herida a borbotones,
impregnando de luto los rincones.
Blasfemo ha los verdugos que la rodean.

Su fuego entre poetas la laurean,
alzándola impregnada con canciones,
-sofocador quebranto de emociones-
Son los sueños, las notas que verdean,

un mana del amor para la amada
inyectándome de vida en su ausencia.
Oiremos sus palabras impregnadas,

del sentir eterno de su presencia.
Sus poemas, la voz reencarnada
que abraza, la pena de mi demencia.

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